viernes, 22 de marzo de 2013

Saudade

Como voy a hablar de algo que es más intangible que la existencia divina o el nacimiento del Universo...,
Está allí y no en otros lugares, lo percibes por los sentidos y no son más que los últimos en llegar, toca alguna fibra interna y no sabes si surge del medio o de ti, ¿es una fórmula física que aun queda por despejar o una depresión postparto?. Como puedes, a su sombra, hacer recorridos espaciales con todos los sentidos a años de distancia sin tirar de memoria. A un lisboeta lo acusaron de bilocación por vivirla y era santo. Empezó con Lisboa y la desarrollas con otros espacios especiales; quiero creer que se debe a  la impronta que te marca el primer lugar, el principal; una especie de bautismo que te acompaña de por vida allá donde te sientas vivo; tiene efectos retroactivos, es una iniciación mistérica, distinta para cada epígono. Lo único cierto es que el eje se encuentra en donde muere el Tajo, o nace; la constante es la luz, ya lo dijo Cervantes:  "¡¡tierra, tierra!!, o más bien debiera decir: ¡¡cielo, cielo!!, pues debemos hallarnos en el lugar que llaman Lisboa". Quizás solo sea que ilumina, da sentido, a nuestro pasado y, por tanto, a nuestra vida. El sempiterno Oeste, palpándolo en plena vida, inmortalidad finita pero no por ello menos valiosa, al contrario, obrigados por ser sus víctimas. Es Vida, no medio; es la excepción, querido Taine. Eso nos salva.

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